4/7/10

Decisiones


Mis días pasan, algunas veces siento que me pasan por encima y que de paso me patean un poco. La Feña se ha pasado en cama este último mes, así es que mi vida en el colegio ha vuelto a ser bastante difícil. Paula no deja que Eduardo siquiera me mire, pero Rodrigo (a pesar de que tiene hartas responsabilidades) siempre trata de acompañarme cuando me ve sola.

A veces siento que él lo hace por lástima y me da lata. Le digo que no se moleste por mí, pero él me pide que no me angustie. Con frecuencia se ha quedado conmigo en el recreo, pero siempre aparece ella, Paula, y se lo lleva.

Igual no quiero quejarme tanto, pues gracias a estos recreos solitarios he podido ver a Benja más seguido. Un día me quedé sola en la sala esperando a que tocaran la campana y sentí unas risotadas en el pasillo; se asomó alguien por la puerta y era él. Me dijo: “¡Flaca! ¿Qué haces sola aquí?”. No sé por qué, pero me puse súper contenta al verlo, creo que fue porque se acordó de mí. Le dijo a sus amigos que se fueran y se sentó a mi lado. Me puse nerviosa (ojalá no lo haya notado) y estuvimos conversando harto rato.

Quería que ese momento fuera eterno... pero no lo fue. Tocaron el timbre y se fue corriendo. Desde la esquina del pasillo se dio vuelta y me gritó -¡Te voy a llamar al celu!- (¡¡sí, me pidió mi número de celular!! >_<) -quiero que vayas a una fiesta que van a hacer mis amigos el viernes para celebrar las vacaciones ¿te tinca?-. Obviamente le dije que sí. Ni siquiera sabía si mi mamá me daría permiso, pero tenía que ir de todas maneras.

Mis compañeros y mi profesora jefe entraron a la sala para organizar los electivos artísticos que íbamos a tomar. Es extraño que recién en el segundo trimestre comiencen estos cursos, o sea, ¡falta súper poco para las vacaciones!. Supongo que son las secuelas del terremoto.
Llegaron 3 profesores más, entre ellos estaba el profesor Saavedra, quien me saludó a lo lejos y, para variar, me puse colorada ¿Cómo olvidar que me vio cantando como loca en la sala de música?).

De repente, la profesora Carmen dijo: -Angélica, el profesor Saavedra dice que usted canta muy bonito, así que me imagino que va a tomar el electivo de música-. Todos me miraron como bicho raro y Paula aprovechó el momento para molestarme: -¡Que cante, que cante!- decía con su cara burlona y todos se rieron, pero la profe Carmen los hizo callar. Por supuesto, elegí Música.

Cada alumno se fue con el profesor correspondiente. Llegamos a la sala de música y ahí el profesor Saavedra nos explicó que la meta del electivo era formar una banda estudiantil que toque en los eventos del colegio y que ojalá participe en otras actividades. ¡Por un momento senti que estaba en "School of Rock"! Al escucharlo me entusiasmé un montón, pero luego me di cuenta que eso significaba estar ante un público y me dio miedo.

Nos dividió por instrumento. Varios de mis compañeros ya tenían alguna noción y tocaban un pedacito de algún tema. Yo estaba toda nerviosa porque temía que me hicieran cantar frente a todos.

Por suerte me salvó la campana y ya estaba tomando mis cosas cuando el profesor me dijo: -Angélica, la próxima clase no te salvas, vas a tener que cantarnos-. Se me cayó el mundo. Claro ¡qué tonta fui! ¿Cómo se me ocurre elegir música sin pensar en mi pánico escénico?

¡No sé que voy a hacer! Por un lado estoy feliz porque Benja me invitó a esa fiesta. Quiero que llegue pronto el día para estar con él, pero no sé si mi mamá me dará permiso para salir. Apuesto a que si ella lo ve no le va a gustar nada. Por otro lado estoy indecisa sobre el electivo de música; me gusta mucho cantar pero me da mucho miedo hacer el ridículo y que se burlen otra vez de mí.

¿Qué hago? Ojalá pudiera tener la respuesta, pero me basta con poder desahogarme. Espero que todo salga bien y poder escribir solo cosas buenas la próxima vez.

¡Saludos a todos y espero que me dejen sus comentarios!
Angélica.