¡Estoy muy feliz! No pensé que esto pudiese llegar a ocurrir, pero me encantó la sorpresa. Les contaré todo.
Pasaron las vacaciones y me sentía muy triste, de verdad pensaba que Benja no querría saber más de mí luego de la fiesta. No sólo porque Rodrigo nos interrumpió cuando estábamos a punto de besarnos, sino porque no me atreví a buscarlo para despedirme de él. No quería que viera a mi mamá esperándome afuera y estaba avergonzada, no sabía qué decirle, así que solo me marché.
No había ido al colegio desde que retomamos las clases, pensé que quizás estaba enfermo. Yo quería saber de él, pero ¿estaría enojado conmigo? Muchas veces estuve a punto de llamarlo, pero me temblaba la voz y al final cortaba. No sabía qué hacer.
Mientras, las cosas en mi curso se ponían peor. Pula estaba más pesada que nunca conmigo, desde la fiesta me molestaba con más frecuencia. Lo que me sorprendió fue ver a Rodrigo parándole los carros por ser tan mala onda conmigo, pero fue como echarle bencina al fuego, ¡su malignidad se sentía en todos lados!
No sé qué le pasa a Rodrigo, en un momento se acercó y me dijo: -Angélica, me fijé que en la fiesta estabas muy cerca de Benjamín y eso me preocupa mucho. Él no es una buena compañía así que, por favor, ten cuidado-. No me gustó para nada que dijera eso, así que decidí no prestarle atención; Benja había sido muy lindo conmigo y no tenía nada malo que decir de él.
Con respecto al electivo de música, yo todavía seguía con miedo. Llegó una nueva clase y yo temblaba, me tocaba cantar. De una vez por todas tenía que afrontar ese miedo, me ponía muy feliz al cantar y lo que sentía en esos momentos era muy fuerte, el miedo solo estorbaba. Después de reflexionar mucho lo decidí: iba a continuar. Así que cuando el profesor Saavedra me hizo salir adelante para mostrar mis dotes musicales superé mis nervios empecé a cantar, primero con voz temblorosa, pero pude afirmarme a medida que la canción avanzaba y para mi sorpresa mis compañeros me aplaudieron cuando terminé. Fue muy lindo, ya que por primera vez, aunque sólo fuese parte del curso de música, me sentí aceptaba. Me eligieron vocalista de la banda y según el profesor Saavedra tengo mucho talento que debe ser pulido. ¡Me sentí muy feliz en ese momento!
Sin embargo, seguía preocupada por Benja. ¿Y si se había ido del colegio y yo no lo sabía? ¡Ahí sí me muero! Él me gusta mucho y quería verlo nuevamente. Al salir del colegio me decidí a llamarlo, ¡esta vez no iba a cortar! Me senté en el pasto de la plaza que está cerca del colegio y marqué el número; estaba esperando que contestara pero me salió el buzón de voz. Me pasé mil rollos, pensé que quizás no quería contestarme, así que muy triste guardé mi celular. De repente, alguien me tocó la espalda y al voltear casi me muero al ver quién era ¡¡¡Ahí estaba el Benja!!!! Muerto de la risa porque yo, la muy vola’, no lo había visto al salir del colegio. Me había seguido hasta la plaza sin imaginarse que yo iba distraída porque estaba pensando en él.
No sabía qué decirle. Creo que se me notaba la felicidad de verlo y claro, lo colorada que estaba… -Flaca- Me dijo, -¿qué onda?, no te despediste de mí en la fiesta ni me llamaste después, ¿te enojaste por algo?-. Yo le dije que se me hizo tarde, que no lo encontré y me fui (qué mentirosa, lo sé, pero ¿cómo le iba a decir que había llegado mi mamá a buscarme? Lo más seguro era que pensara que soy demasiado pendeja). Le pregunté por qué no había ido al colegio tantos días y me dijo que se había conseguido un certificado médico para faltar y quedarse de vacaciones en Coquimbo, con sus primos (y la muy tonta pensando que le había pasado algo -_-‘).
Luego me dijo: -Pucha, igual mala onda que llegó tu amigo justo en el mejor momento ¿no?- Yo no sabía que responderle, así que continuó: -¿Te molestó que quisiera darte un beso? Si es así lo dejamos hasta aquí-. Yo le dije que no, que me hubiese gustado mucho que pasara (¡no sé de dónde salieron esas palabras!).
En ese momento me miro de una forma muy tierna, me tomó cariñosamente de la barbilla; lentamente se acercó y entonces… ¡¡¡por fin me besó!!!
Fue muy lindo, fue mi primer beso, me sentía entre nerviosa y feliz. Estuvimos toda la tarde en esa plaza juntos hasta que llegó la hora de marcharme. Me dejó en la esquina de mi casa y se despidió con otro beso. Fue demasiado especial, un momento lleno de felicidad.
¡Ah!, creo que estoy por primera vez enamorada… sólo con recordar sus besos siento mariposas en la guata y se me doblan las piernas. ¡Me creo como en las nubes! Sólo espero que él experimente lo mismo por mí. ¡Estoy tan ansiosa por verlo nuevamente!.
Pronto escribiré para contarles todas las novedades.
¡Saludos a todos y espero que me dejen sus comentarios!
Angelica